quarta-feira, 14 de setembro de 2011


Amor de Kahlo
Por: Claudia Colares


Saborear el amor para mí, es descubrir entre pinceles y tintas una transparencia ahora naranja ahora marrón.
Ser intrépida, es abusar del tacto delante de un pie de Claudel.
Viajar entre ondas, es solo pasear en un trigal de Vicent.
Quedar confusa es solo no saber síes un Rembrandt o un Renoir.
Volar, solo si fuera una cobaya es un invento de Da Vinci.
Y ahora , que veo?
Entrando usted en mi pecho como un sueño de Dali.
Me quita la infancia, en su lugar me hace bailar como un Loutrec.
Me pone la ropa como si yo fuera un Goya aun mojado.
Si fuera así, que tal se yo te llamara Diego? Es Rivera. Que se transforma en piernas y brazos para transformar su amor sublime en una fuerte maquina de hacer arte.
Se inflama como sino la conociera, proyectando mil y un placeres no siempre vivos en la carne. Hallo una función de los dioses y es non pasar la vida en blanco y negro. Y cuando te encontré, usted venta como un colorido regalo, como un amor que siempre soñé.
Enseñándome que las aventuras non son fracasos, crean opiniones. Que anhelos solo se rompen con antojos   y que la boca es para besar y silenciar. Usted mi Diego, transforma mi luz en relámpago y mi furia en trueno. Me calma como un enorme dulce rojo helado, un día de calor para ser saboreado bajo un cocotero.
Siento placer y ningún dolor, sin embargo no me espanto. Solo en la hora en que tu me dejas, yo me prendo per mi misma y me pongo a llorar.
Intento una vez más transformar en fuerza las lágrimas que veo rodar por el espejo haciendo brillar mis anillos nuevamente.
Mi Diego, me siento presa como Frida en una cama, bebiendo el recuerdo de cuando usted dice que me ama. Y solo me resta coger mi primavera entre los dientes esperando  usted volver.